No se trata “de comida rápida” o un plato crudo para degustar a la ligera, es un banquete por que requiere seleccionar bien los ingredientes, prepararlos adecuadamente y tomarse su tiempo para que quede en el punto justo de cocción. Esto ocurre cada vez que ofrecemos oportunidades para que mujeres venezolanas tomen conciencia del valor de cocinar, se formen para profesionalizarse en el oficio, rescaten las tradiciones de su pueblo, logren trabajar para generar ingresos, se conviertan en protagonistas de la buena alimentación de sus familias y, por consecuencia, en agentes de cambio de sus comunidades.
“La alimentación es un enlace. Un enlace entre cuerpos. Se cocina, se ofrece, se come para unirse al otro”. Esta frase del Mons. Aldo Giordano ofrece una dimensión extraordinaria del valor que tiene el acto de cocinar y preparar alimentos. Porque si el trabajo es una dimensión fundamental de la relación entre cada persona y la realidad, cocinar constituye una labor cotidiana…